Reivindicación Costumbrista Chiripitifláutica en un Domingo de Enero del Siglo XXI.-

Madre y abuela de años, hija y tía ya madurita, sobrino y nieto adulto en charla animada durante una comida a tres:

- La neurona me cae mal. Es elegante, chula y prepotente.

- ¡Jajajaja!. Sí, con su axón y dendritas. “Por aquí tú sí pasas, tú no” (a los neurotransmisores).

- Y los epitelios columnares ahí de fiesta grupal.

- Pero es bien importante (los años catalogan).

- Y borde.

Aperitivos mil, primer plato, segundo, tercero y postre. Risas y sonrisas.

- Estoy por denunciar por machismo y clasismo al ajedrez.

- ¿Cómo?.

- Sí, hay que cambiar sus normas. ¿Qué es eso de que la reina esté como geisha por arrozal de aquí para allá y el rey descansando a pasitos cortos con una cruz en la cabeza?. ¿Y encima si se la comen no se acaba el juego?.

- ¿Y qué me dices de los peones?, desaparece uno y no ocurre nada.

- Pues yo voy a reivindicar un juego de “Caballeros”.

- ¿Eh?.

- ¿No hay uno de damas?.

- No es lo mismo ser una reina que una reinona.

- Sí, la reinona debe llevar plataformas.

- Ya sé. Vamos a inventar un juego donde el rey y la reina del ajedrez puedan subirse en fichas de damas alternando blanco y negro, y que la partida termine independientemente del sexo del monarca.

- Con una reina no binaria.

Sinceramente, con tanto taranto, tanto torpe y tanto sátrapa no tengo tiempo de terminar mi transmisión neuronal diaria, pero lo voy a tener.