Báculo y Moralina

- ¡Oh, durmiente!. ¿Posaron tus ojos su mirada en mi cayado?. ¿Llegaron tus sueños a alcanzar el beneplácito de la urdimbre de Aracne?.
- No me cantes melodías inacabadas, que las noches, cortas o largas, terminan. Y las sedas de mis pestañas no se tejieron para lágrimas.
- Me sorprendes, Arijana. Te creía menos mojigata.
- Escucha con el reparo que mereces, Citio de Antecalla: Ni gata, ni molienda, ni prestada. ¿Oyes bien o debo repetirte las palabras de la esclava de Creta?.
- Anoche dormíme temprano, andaba cansado.
- ¡Excusas, siempre excusas para nunca especiar la atarazana!.
- ¡Maldigo tus reproches y esa lengua tuya tan larga!.
- En esencia soy más mía que nada. ¿Te enteras ya?.
- Me entero y a veces me parto.
- ¡Inoportuno petimetre, impertinente hastiado entrambos!.
- ¡Sin ofender, bella flor, que sucumbo a tus encantos!.
- ¡Menos risa y menoscabo!. ¡Trabajo, ternura y taranto!.
- ¡Que descanses, prenda, digo tarantela!.
- (No respondo, no respondo, no respondo, callo, callo).






Comentarios

Entradas populares