Reconstrucción de un personaje.-

Prescia cruza despacio de lado a lado la enorme y silenciosa plaza adoquinada. Se detiene y se sienta en un banco de madera desvencijado en la noche recién estrenada. Revisa su correo en el iPad. Una perra se acerca y olisquea sus piernas. La dueña se disculpa. Le molestan los pies aunque lleva calzado cómodo. Suena el teléfono y se le saltan las lágrimas, ¡quién sabe por qué!. Después lo guarda en una bolsa amarilla de asas decorada con florecitas rojas que sirve para transportar sin peligro de rotura tabletas y ordenadores portátiles. Atraviesa calmadamente el portón principal con escasos aspavientos porque aquel lugar es su casa. Respira dos o tres veces. Huele a limpio. Tiene las manos frías y ligeramente húmedas, lo que la sorprende porque la sudoración hace tiempo que no entraba ya en sus planes. A su lado unos ancianos que caminan de la mano se recriminan pequeñas cosas con suavidad, no se les llega a entender. Sonríe con agrado. Más allá un funcionario recoge sin interés la basura de una papelera de color gris oscuro que desentona en el lugar. La iluminación se muestra tenue, incluso escasa, y echa en falta a los murciélagos que solían volar torpemente entre las fachadas. En el extremo opuesto un joven guía habla de historia a un grupo de unos veinte que lo escucha distraído mientras un coche de la Policía Nacional con las luces encendidas se mueve sigilosamente con ánimo intimidatorio por el recinto peatonal, sabiéndose transgresor de la norma y protagonista ocular. El espectáculo se le antoja sencillo pero poco natural y se entristece. Baja las escaleras del aparcamiento meditando. Se siente inquieta por el momento social y la evolución de las personas, así como su afán de llamar la atención mediante artificios escrupulosamente estudiados porque da la sensación de que están haciendo cosas inadecuadas a sabiendas. ¿Pero tendrá algo bueno el día de mañana?. ¿Regresará en algún instante, o acaso durante un único segundo, aquella simbiosis perfecta que existía hace años entre la tierra y la mujer?.








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