Santiago y el Can-Cántabro o Cantando en Cantabria Cantes Jondos

Santiago y el Can-Cántabro o Cantando en Cantabria Cantes Jondos.-



He encendido el motor del Insignia y he conducido, sin pensar... He llegado a Riaño, al de Cantabria. La Iglesia es preciosa, otro día pediré las llaves para mirarla por dentro. En el prado vecino seis burros me miran con cara de susto llenos de moscas, dos son crías. Me divierten... Ya casi no se ven asnos por el mundo. Cuando giro bordeando la tapia de la iglesia me encuentro con un hermoso pastor alemán, limpio, bien cuidado, que me saluda y se marcha... Fotografío a los pollinos y me imagino a Jesucristo a lomos del "precioso corcel" a su entrada en Jerusalén y me resulta cómico y dulce. Cuando hago el recorrido completo al murete me encuentro con Santiago, el dueño de Jazz, el perro, curioso nombre para un "can-cántabro (no, no me he transformado en tartaja), el mismo que uno de los protagonistas de los Aristogatos). Santiago me saluda, me presenta al animal, lo guarda y regresa deprisa, quiere pegar la hebra y a mí me enternece. Se sienta en un banco y me pide que le haga una fotografía. Me cuenta su historia: Setenta y cuatro años, ha criado y cuidado cincuenta vacas de leche durante más de cincuenta años, ahora está jubilado. Su mujer se llama Rosa, está haciendo la comida. Tiene dos hijos que han estudiado y trabajan en Liérganes el chico y en Solares la hija, licenciada en Empresariales. Le gusta pasear, es su distracción. Cuando le pregunto que por qué no ayuda a su mujer en la cocina se ríe de oreja a oreja... "Ya fui cocinero en la mili, sé hacer tortilla de patatas". Le cuento mi vida en dos frases... "Mucho divorcio hay ahora, mucho divorcio, no como antes"... Pienso "me lo estoy pasando genial". Me explica que cuando enferman se acercan a Liérganes porque con esto de la crisis ahora aquí no hay médico, aunque si lo necesitan reciben su visita en casa. Cuando la cosa se complica... A Solares... Y de allí al Valdecilla en Santander... "Pero sólo cuando uno está muuuu malo"... Allí, al aire y al sol nos reímos un rato comentando los precios de los terrenos y de las casas. Y a lo tonto se me ha pasado la mañana de mi segundo día por los Nortes... Sigo siendo muy muy "friki"... Hoy he disfrutado más que surfeando... ¿Se me estará yendo la pinza definitivamente?... No creo... Me recordaba a mi abuelo, más tosco y sin cultura, pero igual de clarito y meridiano, y me dió la sensación de volver a estar con él... Me quedé con ganas de plantarle un beso en la mejilla... No sé por qué no lo hice...




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