Cómo Convertir un Político en Prostituta o Rebajas de Primavera o el Juego de las Sillas

Cómo Convertir un Político en Prostituta o Rebajas de Primavera o El Juego de las Sillas.-

La transformación actual de la Sanidad española en negocio es un hecho constatable a diario. La noticia publicada hoy en Europa Press sobre la creación de un "Proyecto Pionero para descongestionar listas de espera del Sistema Sanitario de Salud" raya en lo absurdo e inmoral. 


Para empezar, no se entiende cómo una empresa privada de la categoría de El Corte Inglés, dedicada predominantemente a la venta de productos, puede permitirse el lujo de ofertar "chequeos médicos" de calidad sobre patologías consideradas a priori "benignas", entre las que incluye (según se lee en la columna): Hemorroides, hallux valgus (juanetes), cataratas, prótesis de cadera y rodillas, varices, hernias, etc... La primera pregunta que se plantea un médico especialista hospitalario como yo es: ¿Quién ha tenido la idea peregrina de considerar benignas estas entidades y no otras?... La segunda pregunta: ¿Qué es benigno para El Corte Inglés?... ¿Todo aquello que no se trata de una neoplasia maligna (cáncer)?... ... ... 

Tengo la sensación de que se quiere transmitir a la población española que operarse de una cadera es como comprarse un pantalón vaquero... Se elige uno que se adecúe a las necesidades económicas y estéticas personales, y si sienta bien y se adapta a ellas, se paga y se mete en una bolsa de plástico con asas después de utilizar la tarjeta pertinente. 

Veamos qué ocurre con la cirugía de cadera en la España del siglo XXI: Supongamos que soy una paciente diagnosticada de una coxartrosis severa... Yo no quiero cambiar mi propia cabeza femoral ni mi cotilo, son míos desde hace tiempo y me gustan, pero mi asesor de imagen (mi médico) me comunica que no me favorecen nada, que me hacen parecer vieja y que debería comprarme unos nuevos para sustituirlos... Me convence, porque le conozco desde hace tiempo y siempre ha colaborado en mi propia imagen, mejorándola ostensiblemente, así que cuando decide apuntarme en la lista para el "pase privado" que realiza un modista (sí, terminado en "a") conocido por él y de mucho prestigio en su sector (traumatólogo), lo acepto de buen grado... Le da mi número de móvil y mi e-mail, e incluso mi twitter, y queda en avisarme para el evento... Una semana después, cuando voy a El Corte Inglés a comprarme unos pantalones, veo un cartel al lado del departamento de Atención al Cliente donde figura escrito: "Se venden prótesis de cadera baratas"... Me acerco porque me interesa... Me encuentro con un individuo trajeado que dice ser el "representante de un asesor de imagen conocido" (por él, pienso yo, porque a mí no me suena de nada) y tras escuchar sus argumentos durante media hora (¡qué bien se explica!) decido pagar dos mil euros para contratar a ese nuevo Asesor de Imagen, que me enviará a un nuevo modista otro día diferente... Salvo que cuando el asesor me conozca decida que soy demasiado fea para ello, o el propio modista me considere falta de gracia, y me toque volver a telefonear al mío de toda la vida... ¡Qué frivolidad!... 

La pena es que nadie cuenta que a veces los seres humanos se mueren después de ser intervenidos de una cadera, o hacen un tromboembolismo pulmonar tras operarse de varices y no fallecen de milagro, o desarrollan fístulas perianales tras cirugías de hemorroides que les impiden volver a "sentarse en el trono" como los reyes que eran (???).


La benignidad o malignidad, según mi criterio, de una entidad patológica cualquiera radica, predominantemente, en el riesgo vital y funcional, independientemente del carácter benigno o maligno que muestre al microscopio... Esto es: Operar de un carcinoma basocelular cutáneo (cuyo nombre técnico asusta al individuo profano en la materia) no supone un riesgo más allá del puramente estético y, sin embargo, operar de una cadera a un hombre de ochenta años conlleva un riesgo vital y funcional importante...

Me está divirtiendo esta historia. Si El Corte Inglés adquiere cualificación suficiente para realizar chequeos médicos éticamente plausibles... ¿Por que no puedo yo dedicarme a vender vestidos?... ¿Y por qué los fotógrafos no transforman sus estudios en centros de Diagnóstico por Imagen de Alto Rendimiento?...  Y yo así me podría dedicar a fotografiar bodas y bautizos, que son más gratificantes que las esclerosis múltiples... ¿Y por qué los lupanares no se convierten en Unidades de Tratamiento de Enfermedades de Transmisión Sexual?... Y entonces los Urólogos aprenden a ejercer la prostitución... Mejor aún... ¡Juguemos a las sillas!... Con un poco de suerte me siento yo, sin hemorroides, en la del "político", que se queda de pie y se ve obligado a ejercer la prostitución en un estudio de fotografía lleno de carteles donde se puede leer: "Rebajas de Primavera"...

                                    




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