El despacho de Alcalá

El despacho de Alcalá.-

Con el tiempo al segundo llego de milagro a la estación de Retiro... Dudo con la salida... Veo San Manuel y San Benito y me dirijo hacia ella... De lejos... la Puerta de Alcalá y mi padre escribiendo un mensaje en su Samsung nuevo... Sonrío... Es un privilegio conservar así a la cabeza "mejor amueblada de la Economía española", como escribió un periodista hace treinta años en la revista Expansión... Entramos en un portal clásico, de escaleras con alfombras y techos altos... Un portero que más bien parece cuasimodo, nos pregunta dónde vamos, inquietándome con su cara torcida por la parálisis facial periférica... Primer piso... No hay ascensor... Me preocupo... Deseo que mi padre no se canse... Resoplo... Él también... Recibe una secretaria rubia mona, vestida con pantalones... Para mi gusto, demasiado informal... Nos hace pasar a una sala llena de libros clásicos, una pizarra blanca y una mesa larga... 


                   



Mientras esperamos recuerdo hace años cuando Pepe y yo fuimos a negociar nuestro salario en una estancia similar... Aquella vez nos entró la risa cuando percibimos la intención de amedrentarnos entre madera de caoba y corbatas... ¡Como si no los hubiéramos visto todos los días de nuestra vida!... Dos abogados de trajes impolutos  nos saludan: Los dos bastante calvos.. Uno alto, más callado... Otro bajo, que lleva la voz cantante: Números, dudas, intimidades y equilibrio... Y, una vez más, una clase de economía y la sensación de ser la mujer más afortunada del mundo... Fusión: Cabeza y amor... Cuando lo malo llega las personas lo hacen sencillo y dulce... Mi segundo contacto con un mundo extraño... Agresivo... Las "tablas" de mi padre me sorprenden una vez más, como miles de veces antes... Otra vez me cuida, a mis cuarenta y siete... Y me siento culpable por ellos dos... ¡Qué vida más perra les he dado!... Cogemos un taxi de vuelta... Mi madre habla con pasión y me da croquetas de pollo y diez euros para su nieta y un beso para mí... Vuelvo escuchando música en el metro y andando despacio... La vida puede ser increíblemente hermosa cuando los problemas se comparten con lo mejor que tiene uno... La noche es tranquila y fresca... Se me hace corto el paseo desde el metro de Mirasierra... 
Al entrar en casa beso a mi hija, le digo que llame a sus abuelos para dar las gracias y pongo música: "2CELLOS"... Me encantan...http://youtu.be/1Am_VZFps9o

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